Mensaje de Ana Vega a los lectores de «Grillos en los árboles»
Me dirijo a ti, que te dispones a adentrarte en este libro, cuya apariencia de fruto hermoso, que nos deleita la mirada con su luz, y cuya jugosa piel se ofrece al paladar con aparente inocencia, te busca y te nombra porque desea ser leído por ti, exactamente por ti, quien esto lee aquí y ahora. Pero es necesaria cierta advertencia, es posible que este fruto esconda dentro quizá una espina, algo que llegado el caso debas escupir fuera de la boca para poder seguir respirando. Ocurre, a veces, que cuando en las narraciones nos encontramos con un toque de realidad excesiva, nos reconocemos en nuestros miedos más profundos: tal vez esto te ocurra a ti que ahora comienzas a leer ya sin remedio. Pero también, aquí, en este fruto hermoso que te ofrezco encontrarás historias que derramarán su amor sobre ti. Desde luego no es mi intención causarte alteración alguna, pero esta lectura no te dejará indiferente.
Aquí encontrarás historias breves en las que lo cotidiano avanza con misterio y desde ciertos recovecos ocultos a la vista se nos revelarán ahora hallazgos que posiblemente te sorprendan o causen cierto temblor, puede ocurrir que dicho fulgor nos nuble la vista por un momento, pero si sigues, si decides seguir, el camino que te ofrezco, pese a la dificultad, es un camino hermoso, lleno de sabiduría, pequeños deslumbramientos, momentos de incertidumbre, terror acaso, pero también pureza extrema, honestidad y pequeñas grandes historias que en su vientre contienen el mundo entero. Ahora te pregunto: ¿te atreves a seguir leyendo? Si la respuesta es afirmativa, confía en mí, confío en ti, vamos de la mano. Con tu lectura crece mi escritura y este pequeño mundo ahora es tuyo, crece y se desarrolla en ti, ya está dentro, ya no me pertenece, tuyas son estas manos que esto ahora escriben.